- Porque yo quiero dejar de ser una simple maestra de Infantil.
- ¿Una simple maestra de Infantil?, repliqué.Expresé mi sorpresa y me permití hacer algunas reflexiones que ahora quiero ampliar y compartir contigo
La edad infantil, como sabes mejor que yo, es una etapa de gran plasticidad, de infinitos y decisivos aprendizajes, de una trascendencia inequívoca para el resto de la vida. Probablemente la más importante.
Hace ya algunos años escribió Robert Fulghum un libro de título significativo: Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario. Quizás lo conozcas. Dice Fulghum en la introducción que cada primavera, durante muchos años, se ha impuesto la tarea de escribir una declaración personal de sus creencias. "Cuando era má joven,dice, la declaración ocupaba muchas páginas en que trataba de cubrir cada tema sin dejar cabos sueltos. Sonaba como una sentencia del Tribunal Supremo, como si las palabras pudiesen resolver todos los conflictos relativos al significado de la existencia. Recientemente me he empeñado en reducir la declaración de mis creencias personales a una sola página en términos sencillos, con plena concidencia del realismo ingenuo que eso suponía".
Dice el autor que ha descubierto que ya sabe la mayor parte de lo que hace falta para vivir una vida significativa. Y dice que la sabiduría no estaba en la cima de la montaña de los cursos de doctorado sino en el rectángulo de arena de la Escuela Infantil. Y enumera las cosas que aprendió, las cosas que le enseñaron:
- Compártelo todo.
- Juega limpio.
- No le peques a la gente.
- Vuelve a poner las cosas donde las encontrastes, limpia tu propia suciedad y no cojas lo que no es tuyo.
- Di que lo sientes cuando molestas a alguno.
- Lávate las manos antes de comer.
- Sonrójate.
- Las pastas calientes y la leche fría son buenas.
- vive una vida equilibrada.
- Aprende algo y baila y juega y trabaja cada día un poco.
- Échate la siesta todas las tardes.
- Permanece atento a lo maravilloso.
- Las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así.
- los peces de colores y los hamsters y los ratones e incluso la pequeña semilla mueren.
Y nosotros también.Recuerda la primera palabra que aprendiste, la palabra más grande de todas:MIRA.
El credo sigue, pero no lo termino porque estoy impaciente por formular una pregunta:Si es tan importante la Escuela Infantil, ¿Cómo puede estar tan poco valorada?,¿por qué no está mejor atendida?¿Por qué establecer un número tan elevado de alumnos por aula (25 son una muchedumbre, pedagógicamente hablando) cuando se exige que la educación sea individualizada y adaptada a cada niño y a cada niña? Si es educación, es, por definición, personalizada.Los padres y las madres saben lo difícil que es educar a un niño.¿Y a 25 juntos en el mismo recinto con escasos medios? No se puede olvidar que hay dos tipos de niños en la Escuela Infantil: los inclasificados y los de difícil clasificación. Sabes mejor que yo que la acción de la maestra de Educación Infantil es verdaderamente especializada, compleja y cada vez más exigente. No pasa lo que en otras profesiones de naturaleza subsidaria. La enfermera, por ejemplo, reciben instrucciones del médico. "Ponga al paciente una inyección por vía intravenosa". la maestra de Educación Infantil actúa y decide autónomamente. Pero su trabajo no es tenido muy en cuenta. me contaba una maestra argentina que una de sus alumnas le había dicho a su madre que tenía ese año una maestra muy inteligente, y que la madre le había dicho a su hija el siguiente comentario: "mira hija, no será muy inteligente si solo es maestra".
¿Es que no sabe lo que tiene que enseñar a unos niños tan pequeños?, comentó sorprendida.
Creo que, desde el punto de vista didáctico, se produce una importante erosión desde la Escuela Infantil a la Universidad. Una erosión que tiene orígenes, manifestaciones y consecuencias múltiples. Me preocupa el deterioro pedagógico que van sufriendo las sustituciones a media que se avanza en el sistema educativo.
Qué alegría para un padre y una madre saber que su hijo está en unas manos tan sabias y tan amorosas como la tuya. No sabes cuánto te admiro. Un abrazo enorme.
Carta escrita por Miguel Ángel Santos Guerra, Catedrático de Didáctica, Universidad de Málaga.
0 comentarios:
Publicar un comentario